Desde ese momento, el Barça tomó las riendas del choque. Iniesta y Xavi conectaron y Ronaldinho comenzó a deleitar desde la banda izquierda. Eto'o, algo espeso, tuvo que hacer frente al durísimo marcaje de Lopo, que castigó los tobillos del camerunés con excesiva frecuencia ante la permisividad del juez de la contienda, Ayza Gámez. Pero el temperamento del delantero africano volvió a jugarle una mala pasada, cuando un estúpido rifi rafe con Estoyanoff pudo costarle la expulsión.
Sin embargo, la rocosidad del equipo gallego, disputando cada acción al límite, no fue obstáculo para que despertase la fantasía y la determinación de Ronaldinho. El brasileño, acariciando el narcisismo, se gustó. Le tiró un caño a Coloccini, trazó pases imposibles y protagonizó la jugada que decidió el encuentro. El Gáucho esquivó el pegajoso marcaje del argentino con un soberbio sombrero que dejó atrás al argentino. Messi, en excelente racha goleadora, rindió pleitesía a la jugada del '10' fusilando a Aouate para fundirse en un caluroso abrazo con su compañero.
1 comentario:
Carlos, si la crònica no es original teva has de posar al final o en algun lloc l'enllaç d'on l'has agafat.
No és ètic "fusel·lar" un article sencer d'altre font.
Bé la inserció de fotografies amb el text.
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