Presentación

lunes, 10 de marzo de 2008

Barça-Villareal


El Barcelona dimitió provisionalmente como candidato al título de Liga tras perder 1-2 en el Camp Nou ante el Villarreal. Necesitaban los culés ganar o ganar para no descolgarse otra vez en exceso del líder pero se mostraron incapaces de hacerlo. El muro amarillo de Pellegrini fue de las lamentaciones para el Barça, impotente ofensivamente durante todo el partido ante un rival perfectamente organizado atrás. La poca imaginación del Barça hizo el resto.

No está Messi, Ronaldinho es como si no estuviera, Henry va de incógnito y Etoo ya no decide partidos por su cuenta. Al Barça le quedó encomendarse a un Iniesta que llevó guardaespaldas durante todo el partido. Cada vez que recibía el balón estaba rodeado.El Barça arrancó con buenas intenciones ante un Villarreal templado que fue entonándose según se lo iba exigiendo el partido. Posesión azulgrana sin incidencia en el área de Diego López, que sólo tuvo que intervenir a los dos minutos para atajar un disparo peligroso de Etoo.

Con el paso del tiempo, el duelo entre el segundo y el tercero de la Liga fue cogiendo temperatura. El combustible lo puso el mexicano Guille Franco, que se enfrascó en mil batallas con Touré, Thuram o Milito. Él mismo se encargaría de poner patas arriba el partido y la zaga azulgrana con una serie de regates por el pasillo central que desembocaron en un derribo de Valdés dentro del área.Senna no falló en la ejecución y sembró la alarma en el Camp Nou antes del descanso. El paso por los vestuarios no descentró a un Villarreal impecable en defensa, con sus centrales Gonzalo Rodríguez y Godín secando a los delanteros locales.

El Barça, que no encontraba la manera de traspasar el punto G del submarino, iba perdiendo la paciencia y el tiempo. Pese a que un contragolpe podía ser la sentencia, Pellegrini escogió a un delantero lento como Tomasson en lugar de Nihat o Rossi para relevar al guerrillero Franco. A los dos minutos de realizar el cambio, el partido pareció ponerse en su contra. La culpa la tuvo Iniesta, que encontró el único agujero del partido por la izquierda para servir atrás desde línea de fondo el empate para Xavi.

Tomasson ejecutó la sentencia
Xavi llevaba camino de protagonizar el papel de héroe pero el Villarreal cambió el final de la película. El decorado lo montó Cazorla con un pase de cine que Eguren prolongó hasta el punto de penalti. Allí a pareció Tomasson, que controló de forma poco ortodoxa para batir a Valdés a su salida. El armamento nuclear del submarino había derribado al Barça en el 81. De ahí al final, agonía culé con un disparo de Ronaldinho que tocó la madera como único placebo.

El Barça lleva toda la temporada haciendo la cuerda con el Madrid, que ha vuelto a estirarla a ocho puntos. Quedan diez jornadas para que se rompa o vuelve a hacerse un nudo. El de la corbata le aprieta un poco más esta noche al Barça

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