El Barcelona volvió a tropezar en liga con una nueva posibilidad rechazada de acortar distancias con el Real Madrid. Esta vez fue el Getafe el que impidió su objetivo en un partido vibrante, con mucha tensión y ocasiones pero sin ningún gol. Los azulgrana dispusieron de las mejores oportunidades de llevarse el partido en el que tres de sus disparos terminaron encontrándose con los palos. Al final, empate a cero y todo sigue igual aunque con nuevo paso atrás en el sueño de conquistar la Liga con el consiguiente enfado del graderío culé que mostró su desencanto con el equipo con una sonada pañolada blanca.
Resulta curioso pero lo cierto es que el Barcelona es uno de los equipos más afortunados de la Liga. El conjunto catalán ha gozado de numerosas ocasiones para poder conquistar esta Liga pero parece que los hombres de Rijkaard no quiere cantar un título este año. Tras el nuevo tropiezo del Real Madrid en su empate ante el Mallorca, y la derrota del Villarreal, todo parecía indicar que la ocasión de recortar distancias era la propicia.
Resulta curioso pero lo cierto es que el Barcelona es uno de los equipos más afortunados de la Liga. El conjunto catalán ha gozado de numerosas ocasiones para poder conquistar esta Liga pero parece que los hombres de Rijkaard no quiere cantar un título este año. Tras el nuevo tropiezo del Real Madrid en su empate ante el Mallorca, y la derrota del Villarreal, todo parecía indicar que la ocasión de recortar distancias era la propicia.
Monopolio esférico
Sin embargo, cuando un equipo que corre a la desesperada y que no tiene ambición por dar un golpe de autoridad es muy difícil conseguir los objetivos. Este domingo en el Camp Nou el juego no fue tan malo como en otras ocasiones pero la pegada y la eficacia parecen brillar por su ausencia durante toda la temporada. Y eso que el partido comenzaba bien para los locales.
El Barcelona dominaba claramente el balón y su hegemonía sobre el terreno de juego, pronto se materializó en ocasiones. Acciones claras de gol como la que tuvo Gabi Milito debajo de portería pero su disparo lo despejaba bien el Pato. Minutos más tarde, el conjunto azulgrana se encontraba por vez primera con su mayor enemigo de la noche: los palos. Tras una sensacional jugada de Bojan y un pase de Xavi, el esférico llegaba a los pies de Etoo que mandaba el primer balón al poste.
Las sensaciones eran buenas. El dominio era claro y parecía claro que la llegada del gol era cuestión de minutos. Más aún cuando el Getafe se veía obligado a realizar dos cambios prácticamente seguidos debido a las lesiones de Pablo Hernández y Mario, que abandonaban entre lágrimas el terreno de juego. A pesar de estos imprevistos, los azulones mandaban un primer aviso del peligro que podrían ocasionar con el disparo de Granero que hacia lucirse a Valdés con una espectacular estirada.
El Barcelona dominaba claramente el balón y su hegemonía sobre el terreno de juego, pronto se materializó en ocasiones. Acciones claras de gol como la que tuvo Gabi Milito debajo de portería pero su disparo lo despejaba bien el Pato. Minutos más tarde, el conjunto azulgrana se encontraba por vez primera con su mayor enemigo de la noche: los palos. Tras una sensacional jugada de Bojan y un pase de Xavi, el esférico llegaba a los pies de Etoo que mandaba el primer balón al poste.
Las sensaciones eran buenas. El dominio era claro y parecía claro que la llegada del gol era cuestión de minutos. Más aún cuando el Getafe se veía obligado a realizar dos cambios prácticamente seguidos debido a las lesiones de Pablo Hernández y Mario, que abandonaban entre lágrimas el terreno de juego. A pesar de estos imprevistos, los azulones mandaban un primer aviso del peligro que podrían ocasionar con el disparo de Granero que hacia lucirse a Valdés con una espectacular estirada.
Pañolada blanca
Tras el descanso, todo seguía igual. El Barcelona mantenía su monopolio de la pelota ante un Getafe muy encerrado atrás y agazapado para intentar sorprender al contragolpe. Sin embargo, al puntería azulgrana no estaba nada afinada. En esta ocasión, Giovani era el encargado de hacer temblar la portería de Abbonzandieri con un nuevo disparo al palo y tras un buen recorte.
Una acción que se repetía minutos más tarde en donde el Barcelona volvía a acudir a su cita con la mala suerte tras un centro de Sylvinho que remataba mal Gudjohnsen y el rechace le llegaba a Xavi. El canterano remataba flojo y su lanzamiento se volvía a encontrar con la madera.
Al final, no hubo tiempo para más 'varapalos' y nueva ocasión perdida para el Barça. Los azulones que siguen con su intención de alcanzar la salvación matemática y el Barcelona que ve cómo su relación con el público ha sufrido una dura ruptura que parece casi irreconciliable en todo el tramo final de la temporada.
Una acción que se repetía minutos más tarde en donde el Barcelona volvía a acudir a su cita con la mala suerte tras un centro de Sylvinho que remataba mal Gudjohnsen y el rechace le llegaba a Xavi. El canterano remataba flojo y su lanzamiento se volvía a encontrar con la madera.
Al final, no hubo tiempo para más 'varapalos' y nueva ocasión perdida para el Barça. Los azulones que siguen con su intención de alcanzar la salvación matemática y el Barcelona que ve cómo su relación con el público ha sufrido una dura ruptura que parece casi irreconciliable en todo el tramo final de la temporada.
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